Contratiempos en Kuala Lumpur

1 septiembre 2012

Amanece una soleada y tranquila mañana hasta que aparece de la nada un desgraciado en moto y, de un tirón, le roba el bolso a Carol. En su interior iba la cámara, dinero, tarjetas... y lo más importante, su pasaporte.

Fue en vano salir corriendo detrás de aquel malnacido. Seguramente, en algún momento de su vida quiso dedicarse a la política, pero carecía de la avaricia necesaria y se conformó con simples robos callejeros.

Cuando pensábamos que no podíamos tener más mala suerte, empezamos a darnos cuenta de que ésta no había hecho más que empezar. En la comisaría tuvimos que tener mucha paciencia con la inepta policía local, para quienes "robar" y "perder" tienen el mismo significado.

Nos pasamos el fin de semana llamando al teléfono de emergencia de la embajada de Chile, sin respuesta porque lleva desactualizado desde 2010. En lugar de facilitar una situación complicada, lo único que hacen es generar más problemas.

El lunes la mitad de Proyecto ViVi coge un vuelo a INDONESIA, y la otra mitad se queda en Kuala Lumpur hasta conseguir un nuevo pasaporte. Casi una hora después del horario establecido, la secretaria abre la oficina para decirnos que la cónsul y el embajador estarán todo el día fuera en reuniones.

Tras dos días de espera, en los que aprovechamos para olvidar las penas yendo al cine y ver "The Bourne Legacy", volvemos a la embajada. Como si fuese una broma pesada, a Carol le hacen repetir las fotos ya que las primeras medían desde la frente a la barbilla dos milímetros menos de lo debido. Que sepas que existen unos seis u ocho tipos diferentes de fotos de pasaporte dependiendo del país del que procedas. Lo que queda claro es que la gente iluminada que decide esta clase de estupideces se aburre solemnemente.

La lección de todo esto la tenemos bien aprendida: evitar al máximo el trato con organismos oficiales.

Con unos días de retraso, ponemos rumbo a nuestro siguiente país. Indio Ro, ¡nos vemos en Indonesia!

Se encuentran Pepito y Fulanito en la calle.
Pepito: ¡Enhorabuena! Me he enterado que has sacado la plaza de funcionario. Qué suerte, además por las tardes no trabajáis.
Fulanito: No, te equivocas. Por las tardes no vamos a la oficina. Cuando no trabajamos es por las mañanas.